Palabras de espiritualidad

¿Cómo hacer para no enfadarme cuando alguien habla mal de mí?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Quien se considera a sí mismo una nada, no se perturba.

Ciertamente, agregó el anciano Zósimo, quien desea andar el camino angosto, constatemente se reprende a sí mismo, especialmente cuando algo le perturba:

«¿Por qué te enojas, alma mía? ¿Por qué te turbas y confundes? ¡Esto sólo demuestra que estás enferma! ¡Si no lo estuvieses, no te dolería! ¿Por qué, en vez de reprenderte a ti misma, te enciendes contra tu hermano, quien te señaló tu enfermedad? Aprende en verdad a obedecer a Cristo. Éste, siendo insultado, no respondía, sufriendo, no amenazaba” (I Pedro 2, 23). Escucha lo que Él dice y nos demuestra: “Ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba. Mi rostro no hurté a los insultos y salivazos" (Isaías 50, 6). ¡Mas tú, alma ingrata, por un insulto comienzas a urdir miles de pensamientos, atacándote a ti misma, al igual que hacen los demonios! Cada día ves la Cruz de Cristo, cada día lees todo lo que sufrió por nosotros... ¿y aún así no eres capaz de soportar una ofensa? ¿Ves cómo te alejas del camino a la salvación?.»

Otra vez, le preguntaron:

¿Cómo evitar enfadarnos cuando alguien habla mal de nosotros, humillándonos?

Y éste respondió:

Quien se considera a sí mismo una nada, no se perturba, como dijo el anciano Pimeno: «¡Si te humillas a ti mismo, hallarás descanso!».

(Traducido de: Glasul Sfinţilor Părinţi, traducere de Părintele Victor Mihalache, Editura Egumeniţa, 2008, pp. 157-158)