Ciertamente, hace falta tiempo y esfuerzo para entablar una comunicación verdadera. Se trata de una inversión grande y extenuante, pero es, en verdad, una inversión necesaria. Es decir, todo lo que ofrecemos como tiempo y esfuerzo, habremos de recibirlo más adelante como ayuda por parte del niño y como formación suya, lo que habrá de tener consecuencias benéficas en su vida y en la nuestra también. Pero no debemos actuar de acuerdo a un programa pre-establecido, con un horario determinado y una duración planificada. No es necesario imponer reglas. Es una tarea en la que pueden alternarse ambos padres. Se trata de algo que se trabaja en el momento, en función de las circunstancias actuales, pero considerándolo siempre como algo prioritario.

(Traducido de: Preot Vasile Thermos, Sfaturi pentru o creștere sănătoasă a copiilor, Editura Sophia, București, 2009, p. 17)