Palabras de espiritualidad

¿Cómo no ser humildes?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

¿Cómo no ser humilde, sabiendo que nada de lo que tienes es tuyo? ¿Cómo enaltecerte a ti mismo, cuando, sin la ayuda de Dios, nada agradable a Él podrías hacer?

Que no se te olvide la esencia de la humildad: polvo eres y en polvo te convertirás. Fuiste creado de la nada y desconoces a dónde irás, a dónde dispondrá Dios que vayas. Tú no fuiste quien te creó, e ignoras a dónde irás a dar cuando termine tu efímero paso por este mundo.

Así las cosas, sé siempre humilde, para poder clamar al unísono con el profeta: “Mi corazón no se ha ensoberbecido, Señor, ni mis ojos se han vuelto altaneros. No he pretendido grandes cosas ni he tenido aspiraciones desmedidas (Salmos 130, 1). O, como dice el mismo profeta: “Yo soy un gusano, no un hombre; la gente me escarnece y el pueblo me desprecia(Salmos 21,7). ¿Cómo no ser humilde, sabiendo que nada de lo que tienes es tuyo? ¿Cómo enaltecerte a ti mismo, cuando, sin la ayuda de Dios, nada agradable a Él podrías hacer? Sé, entonces, humilde, porque humilde fuiste creado por Dios. ¡Él te creó humilde, y tú pretendes enaltecerte! Dios no permite que hagas nada que le agrade sin Su auxilio... ¡pero tú te envaneces y te atribuyes cada uno de tus logros! “¿Quién te hace a ti superior? Y ¿qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué presumes como si no lo hubieras recibido?” (I Corintios 4, 7).

(Traducido de: Sfântul Dimitrie al RostovuluiAlfabetul duhovnicesc, Editura Sophia, București, 2007, p. 74)