Cuando San Policarpo fue juzgado y conminado a renunciar a Cristo para que le perdonaran la vida, al santo anciano respondió: “Ochenta y seis años llevo siriviendo a Cristo, y Él no me ha hecho otra cosa que no sea el bien. ¿Cómo podría yo renunciar ahora a mi Señor y Salvador?”.

Del mismo modo, nuestro pueblo, al que muchos le piden que renuncie a Cristo, podría responder: “Yo le sirvo a Cristo desde hace mil años. Y Él me ha servido y ayudado desde mucho antes. Y, en verdad, más me sirve Él a mí que lo que yo podría servirle a Él. Y no me ha hecho más que el bien. Luego, ¿cómo podría yo, hoy —justamente hoy, en estos tiempos tan aciagos—, renunciar a mi Señor y Salvador?”.

(Traducido de: Episcopul Nicolae Velimirovici, Răspunsuri la întrebări ale lumii de astăzi, vol. 2, Editura Sophia, București, 2003,  p. 217)