Palabras de espiritualidad

¿Cómo puedo enfrentar las tentaciones?

    • Foto: Catalin Acasandrei

      Foto: Catalin Acasandrei

Translation and adaptation:

Haz lo que hicieron los santos. ¿Qué cosa? Abandonarse al amor de Cristo. Se entregaron con todo el corazón.

«No luches directamente contra la tentación, ni ores para que se vaya, diciendo: “¡Apártala de mí, Dios mío!”, porque así le das más fuerzas y vendrá a atacarte con mayor brío. Porque, diciendo. “¡Llévatela, Dios mío!, le estás dando más importancia, acordándote de ella. Desde luego, el deseo de librarte de las tentaciones es algo normal, pero no debe ser evidente; al contrario, debe ser algo delicado y silencioso. Recuerda lo que dice la Escritura: “Que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha”. Mejor dirige todas tus fuerzas al amor de Dios, a alabarlo, a unírtele a Él.

Así, la liberación del mal y de las tentaciones se realizará en secreto, sin esfuerzo y sin ruido. Esto es algo que también yo me esmero en practicar. He entendido que es la mejor forma de santificarte, sin sacrificarte. Es decir, es mucho mejor entregarme al amor, a estudiar los cánones, los troparios, los Salmos. Y, sin apenas notarlo, el estudio y el gozo que esto me provoca, lleva mi mente a Cristo y mi corazón se endulza. Al mismo tiempo, oro con las manos abiertas, con amor, con fervor, con alegría, y Dios me lleva a Su amor. Y ese es justamente nuestro objetivo, llegar allí. ¿Qué dices, a que no se trata de un camino que no implica un sacrificio con sangre?

Hay otras formas, como por ejemplo, acordarte de la muerte, o temerle al infierno y a los tormentos. Así, con este temor, terminas eludiendo el mal. Yo, que soy el más insignificante, nunca he puesto en práctica aquellos métodos que sólo terminan extenuándote, provocándote animadversión y, muchas veces, dándote frutos que no eran los esperados, sino todo lo contrario. El alma, sobre todo si es sensible, se goza en el amor y se enciende, se fortalece y transforma todo lo malo y desagradable en algo bueno. Por eso, yo prefiero el “camino fácil”, es decir, el estado al que me lleva el estudio de de los cánones de los santos. En ellos encuentro todo lo que los venerables padres, los ascetas y los mártires aprendieron. Te recomiendo usar esta “táctica”. Haz lo que hicieron ellos. ¿Qué cosa? Abandonarse al amor de Cristo. Se entregaron con todo el corazón. Aprende, pues, de su destreza».

(Traducido de: Părintele Porfirie, Ne vorbește părintele Porfirie, Editura Egumenița, p. 230-231)