¿Cómo reacciona un cristiano verdadero ante las tormentas de la vida?
El auténtico cristiano no es un miedoso. ¿Por qué? Porque sabe que Dios, Quien es su auxilio y protección, es Todopoderoso.
Un cristiano verdadero jamás se siente afectado por las tormentas de la vida. Con su devoción, aparta de sí todo el temor y la incredulidad, y da un firme testimonio de su fe en Dios, recordando que “los cobardes, los incrédulos, los abominables (…) tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre: que es la muerte segunda” (Apocalipsis 21, 8). El cristiano auténtico no es un miedoso. ¿Por qué? Porque sabe que Dios, Quien es su auxilio y protección, es Todopoderoso. Por eso, exclama con el profeta David: “No temo a esas gentes que a millares se apostan en torno contra mí” (Salmos 3, 6); “En Dios confío y ya no temo, ¿qué puede hacerme un hombre?” (Salmos 55, 12).
(Traducido de: Arhimandritul Serafim Alexiev, Viaţa duhovnicească a creştinului ortodox, traducere din limba bulgară de Valentin-Petre Lică, Editura Predania, Bucureşti, 2010, p. 20)