Cómo reconocer a un hombre espiritual
El hombre carnal no ama a su semejante, en tanto que el hombre espiritual no priva de su amor ni siquiera a sus propios enemigos.
El hombre meramente carnal no soporta ser despreciado, en tanto que el hombre espiritual acepta las ofensas con todo el corazón.
El hombre carnal insulta a quien le insulta, reprende a quien le reprende, difama a quien le difama, y odia a quien siente odio por él. Por su parte, el hombre espiritual se consuela cuando es ofendido, soporta con paciencia cuando es reprimido, bendice a quien le maldice y hace el bien a quien le odia.
El hombre carnal no ama a su semejante, en tanto que el hombre espiritual no priva de su amor ni siquiera a sus propios enemigos.
El hombre carnal no puede olvidar el mal que le han hecho, y siempre busca cómo vengarse aun de las ofensas más pequeñas. Al contrario, el hombre espiritual ora incluso por quienes le quitan la vida, diciendo: “¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!” (Hechos 7, 60).
(Traducido de: Sfântul Tihon de Zadonsk, Lupta dintre carne și duh, Editura Egumenița, Galați, 2011, p. 13)