¿Cómo se puede practicar la humildad en el matrimonio?
La sinceridad y la buena voluntad son las primeras virtudes que fortalecen y sostienen la virtud de la humildad en el matrimonio.
¿Cómo se puede practicar la humildad en el matrimonio?
—Muy fácilmente. En primer lugar, los esposos deben ser muy devotos uno con el otro, sin ofenderse nunca. Además, deben estar de acuerdo en todo lo referente a la educación de los hijos.
Sucede en las familias, que el padre ama a los hijos de una determinada forma, respetándoles todos sus gustos y dejándoles hacer travesuras. La mamá, sin embargo, busca enseñarles a orar, a ayunar, a no decir palabras ofensivas. El niño obedece, es muy inteligente y atento, acepta y observa todo lo que le rodea, pero esa incongruencia entre mamá y papá es un desastre para él.
Así pues, la humildad consiste, en primer lugar en la buena voluntad y el respeto mutuo entre esposos; consiste luchar contra el orgullo. Esto debe transmitirse en familia y, si es posible, no sólo a los hijos. Los niños son fácilmente influenciables, lo que ven en casa es lo que harán en su vida.
Además, están también los sobrinos y los cuñados, que necesitan, asimismo, de esta virtud divina, que consiste también en comportarse bien con el otro y no decir nada que pretenda humillarlo o avergonzarlo, sino decir algo que realmente le ayude. Si le dices algunas cosas con sinceridad, él te escuchará y te respetará. Pero si le hablas con un tono autoritario, te escuchará, paro no respetará lo que le digas.
Por eso, la sinceridad y la buena voluntad son las primeras virtudes que fortalecen y sostienen la virtud de la humildad en el matrimonio.
(Traducido de: Arhimandrit Sofian Boghiu, Smerenia și dragostea - însușirile trăirii ortodoxe, Ediția a II-a revizuită si adăugită, Editura Fundația Tradiția Românească, București, 2002, p. 61)