Confiar en el otro, confiar en Dios
¡Qué cosa tan maravillosa es poder confiar en las personas y, sobre todo, en Dios!
Ante todo, debemos saber que ser fiel es el estado más noble del ser humano, porque significa habitar en un espacio de equilibrio. Ser fiel en la familia —al esposo, a la esposa, al amigo, a la amiga—, ser fiel en el trabajo que desempeñas, ser fiel a la palabra dada. Ser fiel en lo horizontal, con tus semejantes, en la tarea que cada uno de nosotros tiene encomendada. Ahora bien, en lo vertical, ser creyente significa trasladar esa fidelidad de lo horizontal hacia lo alto; y esto se hace visible a simple vista: aquel que es equilibrado en las cosas ordinarias, incluso en los pequeños estados de la vida cotidiana, también ante Dios tiene una actitud sensata y edificante.
¡Ten esperanza! Puedes confiar en el ser humano, en tu hermano, en tu esposa, en tu esposo, en tus amigos, en tus vecinos, en tus parientes. ¡Qué cosa tan maravillosa es poder confiar en las personas y, sobre todo, en Dios!
(Traducido de: Înaltpreasfințitul Calinic Argatu, Traista cu stele, Editura Episcopiei Argeșului și Muscelului, Curtea de Argeș, 2005, p. 65)
