Conocernos a nosotros mismos por medio de nuestros sueños
El hombre fue hecho íntegro, y así es como debe mantenerse, renunciando a la malicia del pecado.
Si quieres conocerte en detalle, qué eres, qué defectos tienes, qué debilidades, qué pasiones y qué vicios hay en ti, observa de qué se tratan tus sueños, cuando duermes, en el día y en la noche. Examínalos con atención. Con esto, obtendrás un panorama completo de tu estado espiritual, bueno o malo. Entonces, después de conocerte de esta manera, esfuérazate en corregir toda anomalía, sin demoras, cortando como con una guadaña las raíces y las malezas de los pecados.
“Si tu ojo derecho te pone en peligro de pecar… si tu mano derecha te es ocasión de pecado…” (Mateo 5, 29-30). El hombre fue hecho íntegro, y así es como debe mantenerse, renunciando a la malicia del pecado. Tiene que cercenar sus pasiones, y no sus manos y sus pies. Tiene que arrancar sus pasiones, no sus propios ojos. “Del corazón salen todas las malas intenciones”, y ese es el “ojo astuto” (Mateo 15, 19); todos esos malos pensamientos deben ser expulsados, arrancados desde la raíz, con la ayuda de la Gracia de Dios.
(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronstadt, Spicul viu. Gânduri despre calea mântuitoare, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2009, pp. 92-93)