¿Contra quién alzas la espada de la venganza?
Cristo quiere que te salves tú, y también tu hermano; ¡pero tú quieres que ambos se pierdan! ¡Mucho cuidado! ¡No pierdas de vista contra quién te estás alzando y armando! Cristo dice: “¡Quien no está conmigo, está contra Mí!” (Mateo 12, 30).
San Juan Crisóstomo dice: “Cuando nos crispamos y urdimos algún ardid en contra de otros, nosotros mismos afilamos la espada que nos ha de herir, causándonos un daño mucho mayor que el que podríamos provocar a los demás”.
Muchas personas, sometidas a ese estado de maldad, alcanzan un nivel tal de ceguera y locura, que prefieren perjudicarse a sí mismas antes que quedar sin vengarse. Dicen: “Probablememte muera en el intento, ¡pero lo haré pedazos a él!”. ¿Qué estás diciendo, dominada por la ira, desgraciada y ciega criatura? ¿En verdad estás dispuesto a morir, con tal de que también lo haga tu hermano, por quien Cristo, el Hijo de Dios, murió en la Cruz? ¡Pon atención a quién reside en tu interior! ¿Acaso no es el espíritu aquel que, además de perderse a sí mismo, hizo que también nuestros protopadres cayeran, arrastrándonos a nosotros? El demonio siempre inspira el mal, para llevarnos a la perdición. Cristo quiere que te salves tú, y también tu hermano; ¡pero tú quieres que ambos se pierdan! ¡Mucho cuidado! ¡No pierdas de vista contra quién te estás alzando y armando! Cristo dice: “¡Quien no está conmigo, está contra Mí!” (Mateo 12, 30).
(Traducido de: Arhimandritul Serafim Alexiev, Vrajbă și împăcare, traducere din limba bulgară de Gheorghiță Ciocioi, Editura Sophia, București, 2006, pp. 33-34)