Palabras de espiritualidad

Creamos en la fuerza de la Gracia que obra en la Iglesia

  • Foto: Bogdan Zamfirescu

    Foto: Bogdan Zamfirescu

Translation and adaptation:

Nosotros, por nuestra parte, debemos estar convencidos de que en nuestra Iglesia todo ha sido dispuesto por el Espíritu Santo. Entonces, de acuerdo a su propia fe, cada hombre obtendrá la Gracia de Dios.

El anciano padre hieromonje I. me contó que en nuestra ermita una vez hubo un monje que, a pesar de haber llegado al momento postrero, no conseguía entregar el alma. Alguien le dijo: “Seguramente tienes algún pecado sin confesar, por eso no puedes morir”. Mas él respondió: “Me he confesado ya dos veces, pero creo que mis pecados aún no han sido perdonados... Por favor, quisiera confesarme con el higúmeno Macario”. Así se hizo. Vino de lejos el padre Macario y le confesó. Finalmente, aquel monje pudo morir en paz.

El hieromonje I. me pidió que le explicara por qué había ocurrido eso. Así, le respondí que, aunque aquel monje se había confesado, él mismo no creía que sus pecados hubieran sido perdonados y esperaba que todo se ajustara a su estado espiritual, es decir, a su incredulidad. Nosotros, por nuestra parte, debemos estar convencidos de que en nuestra Iglesia todo ha sido dispuesto por el Espíritu Santo. Entonces, de acuerdo a su propia fe, cada hombre obtendrá la Gracia de Dios.

(Traducido de: Cuviosul Siluan Athonitul, Între iadul deznădejdii și iadul smereniei, Editura Deisis, Sibiu, 2000, p. 221)