Cristo es nuestro modelo en la lucha con las tentaciones del maligno
Jesucristo, encarnado en Hombre verdadero, venció al maligno, como hombre, no como Dios; porque, con su poder de Dios, cual rayo lo arrojó del cielo.
Jesucristo, encarnado en Hombre verdadero, venció al maligno, como hombre, no como Dios; porque, con su poder de Dios, cual rayo lo arrojó del cielo. Jesús vino a luchar con el maligno, como hombre verdadero, porque sólo así nos podía animar a tener valor; y obteniendo, como hombre, una victoria perfecta sobre aquel, nos ofreció ese triunfo, cual don, pero sólo si luchamos como Él lo hizo. Con Su victoria, el Señor nos enseñó la estrategia en esta guerra, nos dio conocimientos y fuerzas. Así, Él es el estratega, el conocimiento y el poder. Él es el modelo de lucha, mientras dure el camino. Para eso fue que vino el Señor, para derrumbar la obra del maligno y vencer su dominio sobre los hombres.
(Traducido de: Ieromonah Arsenie Boca, Cărarea Împărăției, ediție îngrijită de Pr. Prof. Simion Todoran și Monahia Zamfira Constantinescu, Editura Sfintei Episcopii Ortodoxe Române a Aradului, 1995, p. 28)