Palabras de espiritualidad

Cristo nos espera a una palabra de distancia de nosotros

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

“Si no utilizamos el interruptor de la oración, nuestra alma será incapaz de ver la luz de Cristo y se quedará entre las tinieblas del maligno”.

La oración purifica e ilumina al hombre. El anciano Porfirio subraya este aspecto, valiéndose del siguiente ejemplo: “El generador eléctrico está en alguna parte, y el foco está en la habitación. Si no utilizamos el interruptor para encender la luz, nos quedaremos a oscuras. Lo que quiero decir es que, ahí donde está Cristó, también está nuestra alma. Pero si no utilizamos el interruptor de la oración, nuestra alma será incapaz de ver la luz de Cristo y se quedará entre las tinieblas del maligno”.

A uno de sus hijos espirituales, el anciano le dijo: “¿Tienes idea de lo grande que es este don que Dios nos dio, concediéndonos el derecho de hablarle en cualquier momento, sin importar dónde estemos? ¡Esa es la dignidad más grande que hemos recibido! Por eso es que tenemos que amar a Dios”.

(Traducido de: Arhiepiscopul Andrei Andreicuț, Mai putem trăi frumos? Pledoarie pentru o viață morală curată, Editura Reîntregirea, Alba Iulia, 2004, p. 43)