Cruz de nuestra salvación
Cuando Cristo fue crucificado, el demonio fue vencido. El Señor triunfaba en la Cruz, en tanto que el maligno era derrotado.
Es imposible pensar que alguien se haya salvado sin merecerlo. ¿De dónde vienen los méritos para salvarnos? De la lucha contra el sufrimiento, ¡y sin sacrificio no se puede! ¡La Cruz salvó a la humanidad! ¡No fue la justicia de Dios, ni Sus milagros, sino la Cruz! Cuando Cristo fue crucificado, el demonio fue vencido. El Señor triunfaba en la Cruz, en tanto que el maligno era derrotado. Entonces, ¡ningún cristiano está exento, bajo ninguna forma, de su propia cruz, porque el sufrimiento también es un don de Dios, hijos míos!
(Traducido de: Ne vorbește Părintele Arsenie, ed. a 2-a, vol. 3, Editura Mănăstirea Sihăstria, 2010, pp. 7-8)