Palabras de espiritualidad

¿Cuál es la más grave de las pasiones?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Cualquier pensamiento y acción de lo irracional es y se llama “pasión”, porque no se realiza por medio de las leyes de lo racional o de la “justa necesidad”.

Desde que el hombre fue creado, a imagen de Dios, su mente y su vida estaban exentas de lo irracional. Sus pensamientos y movimientos eran justos, porque estaban iluminados por la Gracia Divina. Después de ser engañado, cortó su relación con la Primera Causa de la perfección, su personalidad se desmoronó, y al “simple” inicial le siguió el “complejo”. Así fue como lo irracional vino a tomar el sitio de lo racional. Desde ese momento, todas las fuerzas de la persona humana se pervirtieron por la coacción de lo irracional, dando origen a las pasiones. Los pensamientos y las acciones dejaron de moverse por motivo de la “justa necesidad”, para pasar a basarse en la mala costumbre y la armonía con las viles pasiones, que empezaron a dominar al hombre entero.

Cualquier pensamiento y acción de lo irracional es y se llama “pasión”, porque no se realiza por medio de las leyes de lo racional o de la “justa necesidad”, sino a través de impulsos anti-naturales, en los que se esconden los rasgos del instinto y la demonización. El inicio de la pasión se halla en la irracional interpretación del sentido de las cosas, que luego lleva a su mala utilización. Esto es lo irracional “materializado”, que representa la perversión puesta en práctica, misma que es condenada no solamente por la justicia divina, sino también por la de los hombres.

Por eso es que existen los tribunales y las prisiones. Los “tres gigantes de las pasiones”, como dicen los Santos Padres, son el amor a los placeres, la avaricia y la vanagloria. Si estas pasiones vienen a enseñorearse en el alma, darán a luz otros tres tiranos: la pereza (desidia), el olvido y la ignorancia, que trituran las fuerzas del alma y la mente.

(Traducido de: Gheronda Iosif Vatopedinul ,Dialoguri la Athos, Editura Doxologia, p. 32-33)