¿Cuál se puede decir que es la causa de todos los pecados?
Estamos hablando de la causa de todos los pecados, porque envenena la energía del alma desde su mismo origen.
La principal enfermedad es el espíritu de la desidia. Se trata de esa pereza, esa pasividad que inunda a todo nuestro ser, que siempre nos empuja más “hacia abajo” que “hacia arriba”, que siempre intenta convencernos de que ningún cambio es posible y que, en consecuencia, ni siquiera hay que desearlo.
De hecho, se trata de un cinismo enraizado, que ante cualquier cambio espiritual responde con un “¿Para qué?”, haciendo de nuestra vida un terrible desperdicio espiritual. Es la causa de todos los pecados, porque envenena la energía del alma desde su mismo origen.
(Traducido de: Alexander Schmemann, Postul cel Mare, Editura Univers enciclopedic, București, 1995, p. 36)