¡Conócete a ti mismo! Esta es la verdadera humildad que nos enseña a pensar con sencillez, que nos ayuda a tener un corazón contrito y nos alienta a aplicarnos para mantener ese estado.

Si todavía no te conoces a ti mismo, aún no conoces lo que es la humildad, la verdadera labor del cristiano y la atención que debe guardar. Porque conocerte a ti mismo es la cima del trabajo en las virtudes.

(Traducido de: Cuviosul Nichita Stithatul, Cele 300 de capete, în Filocalia, vol. VI, cap. 35,  p. 269-270)