Palabras de espiritualidad

Cualidades y obligaciones de los padrinos de bodas

  • Foto: Benedict Both

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Los padrinos deben saber aconsejar cristianamente a los nuevos esposos cada vez que sea necesario, además de visitarlos con regularidad y conducirlos permanentemente en el camino de la fe, de la Iglesia y de las buenas disposiciones cristianas.

Los padrinos de bodas deben ser ortodoxos, vivir lo más cerca posible de la pareja que se va a casar, para poderlos guiar de mejor manera en lo espiritual, y ser buenos cristianos. Es decir que deben ser una pareja devota y un buen modelo de familia en la sociedad, con hijos bien educados. En pocas palabras, personas de bien y cristianos practicantes. Habitualmente, los padrinos son elegidos con la bendición del padre espiritual y el beneplácito de los mismos novios y sus parientes más cercanos. ¿Quiénes no pueden ser padrinos de bodas? Quienes viven juntos sin haberse casado, los divorciados, las personas de otra religión, los incrédulos y los pérfidos, los ebrios, los adúlteros y todos aquellos que no asisten a la iglesia —al menos— los domingos y días festivos.

Los padrinos deben saber aconsejar cristianamente a los nuevos esposos cada vez que sea necesario, además de visitarlos con regularidad y conducirlos permanentemente en el camino de la fe, de la Iglesia y de las buenas disposiciones cristianas. Asimismo, deben ayudarlos a reconciliarse cuando aparezca algún conflicto, ofrecerles libros santos para que lean y enseñarles cómo comportarse en el hogar, en la sociedad, en el lugar de trabajo y con sus propios padres. Pero, ante todo, deben exhortarlos a procrear hijos y hacerse de un buen padre espiritual.

(Traducido de: Arhim. Ioanichie Bălan, Călăuză ortodoxă în familie și societate, II, Editura Mănăstirea Sihăstria, p. 41-42)

 

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