Palabras de espiritualidad

¿Cuán difícil es reconocer a nuestro compañero de vida?

  • Foto: Valentina Birgaoanu

    Foto: Valentina Birgaoanu

Muchas veces los jóvenes y las jóvenes se convierten en víctimas, al unirse a una persona que no han conocido como es en realidad, sino como se imaginaban que es.

El hombre puede llegar a conocer la verdadera naturaleza de la mujer, y esta, a su vez, la del hombre, si la analiza en su interior. Así es como elegimos a nuestro compañero o compañera de vida. El o ella representa la parte inconsciente de nuestra alma. Si esta elección es consciente, el individuo no tendrá cómo atribuirle al otro sus propias carencias, cuando empiece a proyectarlas (psicológicamente, en el otro). De esta manera, la multitud de obras espirituales se pone a disposición del ego. Si la persona consigue, por medio del auto-conocimiento, descubrir las cualidades del otro género, se hará dueña de sus propias emociones e inclinaciones, sin dejarse dominar por ellas. Esta es la verdadera libertad interior, que no puede ser apartada por ninguna relación erótica, en el sentido cómun de la palabra. Y, ya que él o ella conoce las cualidades fundamentales del otro género, no es posible que, enamorándose, se ahogue en las características visibles del otro. Muchas veces los jóvenes y las jóvenes se convierten en víctimas, al unirse a una persona que no han conocido como es en realidad, sino como se imaginaban que es. Como dice el Santo Apóstol, “el tiempo es corto”, y el matrimonio es, también, algo temporal.

Si la persona no encuentra en el matrimonio lo que deseaba, no necesariamente debe sufrir por ello. Actualmente, una joven sueña encontrar todo en una relación o en el matrimonio. Naturalmente, en esta situación tiene lugar la proyección de sus deseos y estados personales inconscientes. Se proyecta un mundo imaginario, irreal, subjetivo. Tarde o temprano, la realidad de la vida le llevará a poner los pies sobre la tierra y descubrir cuál es la verdad.

(Traducido de: Arhimandritul Simeon Kraiopoulos, Adolescenţă, feciorie, căsătorie, Editura Bizantină, Bucureşti, 2019, p. 128)