Palabras de espiritualidad

Cuando el amor de los padres puede dañar a los hijos

  • Foto: Valentina Birgaoanu

    Foto: Valentina Birgaoanu

El amor debe ser refrenado por el discernimiento. El verdadero amor carece de interés, no tiene un “yo” personal, sino equilibrio.

¿Puede una madre perjudicar a su hijo por causa de su amor sin discernimiento?

Claro que sí. Cuando, por ejemplo, una madre ve que su hijito intenta caminar, y en vez de tomarle la manita y ayudarlo a andar, lo levanta y lo carga entre sus brazos, diciendo, “Pobrecito mi hijo, no puede caminar”. ¿Cómo aprenderá a caminar el pequeño? Por supuesto que es por amor que la madre actúa así, pero lo único que conseguirá es dañar a su hijo, con ese cuidado exagerado. Una vez conocí a un padre cuyo hijo sobrepasaba ya la veinteña de años, y aún lo llevaba de la mano al barbero, anunciando al entrar: “Te traje a mi hijo para que le cortes el pelo. ¿Cuánto cuesta y cuánto tardarás, para venir a recogerlo?”. ¡Qué forma de destruir a su hijo!

El amor debe ser refrenado por el discernimiento. El verdadero amor carece de interés, no tiene un “yo” personal, sino equilibrio. Y esto es justamente necesario para que el abundante amor de la madre no se malgaste inútilmente.

Recuerdo que una vez vino a buscarme un joven muy molesto con sus padres. Aquellas pobres personas realmente amaban mucho a su hijo, pero no sabían cómo ayudarlo. Y éste se sentía sofocado, incomprendido, etc.

Escúchame: cuando eras pequeño y tu mamá te abrigaba cuidadosamente, ¿por qué crees que lo hacía?¿Para que no te enfermaras o para sofocarte? Créeme, todo eso lo hacía tu mamá tan sólo por amor”. Cuando finalmente aquel muchacho entendió que sus padres le amaban sinceramente, se echó a llorar. Al no saber cómo expresar su amor, los padres no habían conseguido sino el rechazo de su hijo.

(Traducido de: Sfântul Cuvios Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovniceşti.Volumul IV. Viața de familie, Editura Evanghelismos, București, 2003, pp. 119-120)