Cuando el Señor es el pilar de nuestra vida
Ni todas las riquezas, ni todos los tesoros, ni todos los placeres de este mundo pueden darnos el sosiego, la paz y el gozo que el Señor a quienes apoyan su vida en Él.
¡Oh, qué dulce, ligera y llena de felicidad es la vida afianzada sobre el pecho de Jesús! El mundo actual está lleno de tribulaciones, de personas infelices, irascibles, malas, agitadas, precisamente porque los hombres ya no saben cómo apoyarse en el Señor, no conocen lo que es la serenidad, el descanso, la paz, la alegría y la dulzura de una vida apuntalada sobre el pecho de Jesús.
¡Si tan solo tú lo supieras, hermano mío, lo dulce y lo fácil que es la vida apoyada en el pecho de Jesús, cuando tienes al Señor como soporte de vida! Ni todas las riquezas, ni todos los tesoros, ni todos los placeres de este mundo pueden darnos el sosiego, la paz y el gozo que el Señor a quienes apoyan su vida en Él.
(Traducido de: Preotul Iosif Trifa, Mai lângă Domnul meu, Editura Oastea Domnului, Sibiu, 2003, p. 18)