Cuando muchos oran, el poder de la oración crece
Buena y necesaria es la oración individual que hacemos en casa, pero es mejor y más poderosa la oración común, en la iglesia.
Alguna vez dije que la oración hecha en la iglesia es como agua que brota del manantial, mientras que la oración hecha en casa es como agua del grifo. Las dos son buenas. Pero el agua de la fuente es mejor. Buena y necesaria es la oración individual que hacemos en casa, pero es mejor y más poderosa la oración común, en la iglesia, sobre todo cuando la comunidad ora con fuerza, en paz y con disciplina interior, así como oraban los apóstoles y aquellos ciento veinte en Pentecostés, en un pabellón de Jerusalén. Por eso, nuestro Señor les dijo a los fariseos que “(el templo, es decir) la iglesia es más santa que todo, porque santifica todo lo que hay en ella” (Mateo 23, 1-19).
(Traducido de: Un mare mărturisitor creștin: Preotul Constantin Sârbu, Editura Bonifaciu, București, 2008, p. 269)