Palabras de espiritualidad

Cuando nos acercamos a la Comunión, el Señor Mismo viene a nuestro encuentro

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

No comulgamos sólo con una parte de Cristo, no comulgamos solamente con Su Cuerpo y Su Sangre.

Cuando comulgamos con los Santos Misterios, ¿en qué consiste esa Comunión, en el ser de Cristo, o en energías no-creadas?

—Muchos han intentado explicar estas cosas. Nosotros creemos que comulgamos con todo Cristo. ¿Cómo? No sabemos. Es decir que no comulgamos sólo con una parte de Cristo, no comulgamos solamente con Su Cuerpo y Su Sangre. Lo que se nos ofrece es el Cuerpo y la Sangre del Señor, pero no separados de Él. Luego, ahí donde están el Cuerpo y la Sangre del Señor, ahí está Él. Es Él por completo. No recibimos una sola parte de nuestro Señor, una parte de Su Cuerpo, sino que lo recibimos entero, con Su Cuerpo y Su Sangre.

Cada uno de nosotros lo recibe, y tal como recibimos a Cristo completo en lo que respecta a Su Cuerpo y Su Sangre, recibimos cuánto es necesario que recibamos. Nadie ha dicho jamás que haya recibido solamente una parte del Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo. Del mismo modo en que recibimos a nuestro Señor Jesucristo completo en lo que respecta a Su Cuerpo y Su Sangre —lo cual es un misterio, algo que no podemos comprender—, así recibimos a Cristo completo en lo que es Él, es decir, no solamente Cuerpo y Sangre, sino el Cuerpo unido con el alma y la divinidad que le es propia.

Podría responder, diciendo que lo recibimos del modo en que nuestro Señor Jesucristo sabe, y como no lo sabemos nosotros. Lo importante para nosotros es tener la certeza de que lo recibimos completamente.

(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Veniți de luați bucurie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2001, p. 146)