Cuando nuestro fervor pierde su equilibrio…
Cada una de nuestras acciones como cristianos tiene que ser guiada por la fe correcta en nuestro Señor y caracterizarse por su sano equilibrio.
La fe fanática es esa que odia a los demás en el nombre de Dios y no está basada en el equilibrio.
Tiene un particular ímpetu en todo: en el ayuno, en el sacrificio, en la caridad, en la renuncia a sí mismo, en las postraciones… pero carece de equilibrio en lo que hace. El fanático es como un hombre que llena un vehículo con toda clase de bienes y cosas, y después lo pone en marcha cuesta abajo, sin frenos. En un momento dado, termina volcando. ¡Eso es exactamente lo que sucede con la fe fanática! Es una fe sin equilibrio, sin justo medio. Se precipita en una sola dirección y zozobra. ¡Las cosas no son así! Cada una de nuestras acciones como cristianos tiene que ser guiada por la fe correcta en nuestro Señor y caracterizarse por su sano equilibrio. La Santa Escritura dice: “No te inclines ni a la derecha ni a la izquierda. El camino del medio es el camino real”.
(Traducido de: Arhimandritul Cleopa Ilie, Călăuză în Credința Ortodoxă, Editura Episcopiei Romanului, 2000, p. 97)