Cuando oramos a la Trinidad...
“Tú mereces toda gloria, honor y adoración, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos”.
Esta es una oración de exaltación a la Santísima Trinidad, a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo. Para el presente y para la eternidad, le ofrecemos a Dios nuestra adoración, porque a Él se debe la alabanza, el honor y la gloria. Esto es lo que decimos en la Divina Liturgia y en otros oficios: “Porque Tú mereces toda gloria, honor y adoración, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos”, y de nuestra parte lo glorificamos cuando decimos: “Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos”.
De toda la gloria que se le debe a Dios, nosotros le ofrecemos cuanta podemos, pero sabiendo que a Él se debe toda gloria, honor y adoración. Esto, porque es Dios, porque es Santo, porque es nuestra santificación, porque es bueno y amante de la humanidad, porque es el Dios de la misericordia y la compasión, porque es Aquel que quiere apiadarse de nosotros y salvarnos a todos. Todo esto lo abarcamos, aun brevemente, con las palabras: “Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos”.
(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Pași pe calea duhovnicească – convorbiri realizate de Părintele Sabin Vodă, Editura Reîntregirea, Alba Iulia, 2010, p. 74)