Cuando se nos olvida que sin Dios no podemos hacer nada…
Cuando el hombre es excesivamente orgulloso, Dios le envía pruebas que superan sus fuerzas.
Padre, ¿qué podemos hacer si, aun viendo la maldad que hay en nuestro interior, no tenemos fuerzas ni para orar? ¿Cómo podemos salir de ese estado?
—Esto es también una prueba de Dios. Cuando el hombre es excesivamente orgulloso, Dios le envía pruebas que superan sus fuerzas. También San José el Hesicasta sostiene esa afirmación. Dios manda tentaciones más fuertes que lo que el hombre puede soportar. Y, entonces, este descubre que no puede cumplir con ningún mandamiento, que apenas puede hacer algo… Pero esto le es de provecho para volver a la humildad. ¡Y así llega a entender que, sin Dios, no es posible hacer nada!
(Traducido de: Ieromonahul Savatie Baștovoi, Singuri în fața libertății, Editura Cathisma, București, 2009, p. 111)