Palabras de espiritualidad

¿Cuándo somos culpables por nuestros pensamientos blasfemos?

  • Foto: Crina Zamfirescu

    Foto: Crina Zamfirescu

Mientras más aceptes esos pensamientos, más te perturbará el demonio.

Padre, ¿soy culpable cuando algún pensamiento blasfemo me ataca, sin mi consentimiento?

—Si te consternas y no lo aceptas, no pasa nada.

¿Cuándo somos culpables de esos pensamientos blasfemos?

—Si no te afliges ante tal pensamiento y te pones a dialogar con él, entonces eres culpable. Y, mientras más aceptes esos pensamientos, más te perturbará el demonio. Porque detenerse a discutir con uno de esos pensamientos, es aceptarlo de alguna forma, y eso es ya una pequeña forma de posesión demoníaca.

¿Y cómo desaparecen esos pensamientos, Padre?

—Si te pones en alerta y te aflige la aparición de uno de esos pensamientos, y no te detienes a conversar con él, verás cómo se disipa inmediatamente, porque no lo estás alimentando. Si no riegas una planta, se secará. Pero, si al contrario, te complaces en esos pensamientos, aún en ínfima medida, los estás alimentando, estás “hidratando” al hombre viejo, y así difícilmente se marchitarán.

Padre, algunas veces me vienen pensamientos blasfemos y los recibo, pero después me doy cuenta de mi error y ya no los puedo apartar.

—¿Sabes qué es lo que te pasa? A veces tienes la mente en otro sitio, te distraes y te quedas “con la boca abierta”. Entonces viene el maligno, te arroja un caramelo en la boca y tu empiezas a comértelo. Cuando sientes ese sabor, te resulta difícil escupir el caramelo. Sin embargo, debes arrojarlo tan pronto como empieces a sentir ese gusto “dulce”.

Pero... ¿y si me viene un pensamiento blasfemo y lo acepto por un momentito, para después arrojarlo?

—Es como si el demonio te da un caramelo, lo pruebas, y después lo escupes. Pero lo que tenías que hacer era escupirlo inmediatamente. Si dejas que esto ocurra, el maligno te engañará primero con caramelos y después te dará toda clase de venenos, con tal de burlarse de ti.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești. Volumul III. Nevoință duhovnicească, traducere de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, ediția a II-a, Editura Evanghelismos, București, 2011, pp. 41-42)