Cuando un niño aprende a orar, aprende lo que es la felicidad
Escuchando atentos nuestra respiración, observamos si estamos sanos. ¡Cómo se preocupan los padres cuando el niño empieza a respirar con trabajo...! ¡Y cuánto más deberíamos preocuparnos cuando nuestra respiración espiritual, la oración, sea anormal o se detenga!
Uno de los mandamientos del Señor es orar siempre. La oración es la respiración de nuestra vida espiritual. Así como la vida del cuerpo termina cuando se detiene la respiración, así también la vida espiritual muere cuando dejamos de orar.
Escuchando atentos nuestra respiración, observamos si estamos sanos. ¡Cómo se preocupan los padres cuando el niño empieza a respirar con trabajo...! ¡Y cuánto más deberíamos preocuparnos cuando nuestra respiración espiritual, la oración, sea anormal o se detenga!
Para evitar todo esto, debemos acostumbrar al niño con la oración, aún desde la edad más frágil, para que pueda ir avanzando y profundizando en ella.
(Traducido de: Nikolaj Evgrafovich Pestov, Cum să ne creștem copiii: calea spre desăvârșita bucurie, traducere din limba rusă de Lucia Ciornea, Editura Sophia, București, 2005, p. 45)