Palabras de espiritualidad

Cuando vengan las tentaciones…

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Es imperativo reflexionar sobre lo atentos que debemos estar a nosotros mismos y examinar minuciosamente todo lo que sucede en nuestro interior, para identificar esas cosas y entender cómo debemos actuar frente a ellas.

Posteriormente al Bautismo del Señor, cuando el Espíritu Santo descendió sobre Él con el aspecto de una mansa paloma, el Mismo Espíritu lo llevó al desierto para que fuera tentado. Lo mismo sucede en la vida de cada quien. Dice San Isaac el Sirio, que, una vez recibes un consuelo gratífico o algún otro don, tienes que esperar a que vengan las tentaciones. Las tentaciones cubren la luz de la Gracia en el hombre ante sus propios ojos, que suelen menguar cualquier virtud con la vanidad y la soberbia.

Dichas tentaciones vienen tanto desde fuera —como las adversidades y las humillaciones— como desde dentro, como los pensamientos impuros que el demonio desata para atacarnos, como si fueran bestias salvajes libres de sus cadenas. Por tanto, es imperativo reflexionar sobre lo atentos que debemos estar a nosotros mismos y examinar minuciosamente todo lo que sucede en nuestro interior, para identificar esas cosas y entender cómo debemos actuar frente a ellas.

(Traducido de: Sfântul Teofan ZăvorâtulTâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, Traducere din limba rusă de Adrian și Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, 2011, pp. 50-51)