Cuando viene el ocaso…
¡Bendita sea Tu grandeza, Señor, Quien desde el principio nos has cuidado a nosotros, los hombres! Y tanto a los hombres como a los animales les ofreces el descanso necesario, cuando viene la noche.
¿Quién no se postrará ante Ti, Quien con tanto amor cuidas de nosotros, los hombres? Tú haces que salgan las estrellas y traes el ocaso, que pone fin a la jornada de aquellos que han trabajado todo el día hasta la extenuación.
Viene la noche y les da descanso a los que se esforzaron, luchando contra el hambre y la sed. Viene el tiempo de la noche, alegrando al mundo y a esos que se esmeraron en sus labores.
¡Bendita sea Tu grandeza, Señor, Quien desde el principio nos has cuidado a nosotros, los hombres! Y tanto a los hombres como a los animales les ofreces el descanso necesario, cuando viene la noche.
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Psaltire sau cugetări evlavioase şi rugăciuni, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, p. 152)