Palabras de espiritualidad

¡Cuánto puede la bondad!

  • Foto: Constantin Comici

    Foto: Constantin Comici

No se gana al hombre con la dureza, sino con la bondad.

Un amigo me confesó que sufría a causa del trato áspero de sus superiores. Aquella situación amenazaba con humillarlo y dar una impresión equivocada sobre su carácter. El anciano lo recibió, puso las cosas en su lugar y le hizo una radiografía del alma muy acertada:

«Eres bueno, sensible, pacífico, eres el cordero de Dios. Pero, cuando los que te rodean se comportan con dureza hacia ti, respondes en tu interior y entonces ellos te juzgan mal y no te comprenden. En cambio, cuando te tratan con suavidad, eres capaz de cosas tan buenas que todos quedan sorprendidos.

Las personas que te han juzgado mal y te han herido no conocen aquella antigua fábula del viento y el sol, que disputaban entre sí, cada uno diciendo que era más fuerte, y convinieron en que aquel que lograra quitarle la capa al pastor que en ese momento subía la montaña sería el más poderoso. El viento sopló con todas sus fuerzas, pero al pastor le dio frío y se envolvió aún más en su capa. Entonces salió el sol de detrás de la nube, derramando bondad y calor alrededor, de modo que el pastor se calentó y no tuvo más remedio que quitarse la capa. Entonces el sol gritó al viento: “¿Has visto cuál de nosotros es más fuerte?”.

No se gana al hombre con la dureza, sino con la bondad».

(Traducido de: Părintele Porfirie,  Antologie de sfaturi și îndrumări, Editura Bunavestire, Bacău)

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