Palabras de espiritualidad

¡Cuántos beneficios tiene la confesión frecuente!

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

En tanto no se confiese, todos los miembros del hombre se hallan atados por el pecado y no puede ponerse en movimiento para practicar el bien.

Confiésate con frecuencia. Si es posible, acude a tu padre espiritual no solamente cuando hayas cometido un pecado grave y mortal, sino también cuando perpetres alguno menor.

Tal como las heridas que le presentamos al médico no se agravan, también los pecados que confesamos no crecen más, como dice San Juan Climaco: “Las magulladuras que se hacen evidentes no empeoran, sino que terminan sanando”.

Las cigüeñas tienen una costumbre: cuando algo ocurre con su nido, no lo reparan ni vuelven a él. Lo mismo pasa con los demonios, que huyen de aquel que se confiesa con frecuencia. Y es que, con la confesión, pierden sus guaridas y sus redes, como ellos mismos reconocieron ante un hombre muy avanzado en lo espiritual, admitiendo que no tienen acceso ni poder sobre el cristiano que se confiesa continuamente. Además, le dijeron que, en tanto no se confiese, todos los miembros del hombre se hallan atados por el pecado y no puede ponerse en movimiento para practicar el bien. Mas, al confesarse, todas aquellas ataduras desaparecen.

El Evangelista Juan dice: “Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es Él para perdonarnos los pecados (I Juan 1, 9).

(Traducido de: Sfântul Nicodim Aghioritul, Carte foarte folositoare pentru suflet, Editura Fotini, 2007, p. 177-178)