Cuida el alma de tu hijo, que el resto vendrá solo
Cuida el alma de tu hijo y el resto vendrá solo. Si su alma no es buena, de nada le servirán todos los bienes y herencias.
Nuestros hijos son un gran tesoro. Cuidémoslos de las artimañas del maligno, que está siempre al acecho. En verdad, nuestros hijos son nuestro tesoro más valioso y sólo por ellos hacemos todo lo que hacemos. El problema es que nos agitamos pensando en la herencia que les vamos a dejar, pero no nos preocupamos por ellos mismos.
Cuida el alma de tu hijo y el resto vendrá solo. Si su alma no es buena, de nada le servirán todos los bienes y herencias. Pero si su alma es fuerte en la fe, llena de virtud y pura, ni siquiera la pobreza podrá perjudicarle.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Părinţii şi educarea copiilor, Editura Agapis, 2010, p. 38)