¡Cuidado con dejarle la puerta abierta al maligno!
“Si la molicie que trae la saciedad del vientre no hubiera alcanzado el alma, la mente no habría caído ante los ataques del maligno”.
Dijo: “Tal como el canciller del rey se mantiene a su lado, preparado para atender cualquier petición del monarca, así también, el alma tiene que estar siempre lista para luchar en contra del demonio del desenfreno”.
Después, el abbá Anuv le preguntó al abbá Pimeno sobre los pensamientos impuros que brotan del corazón del hombre, así como sobre los apetitos más reprochables. Y le dijo el abbá Pimeno: “¿Se envanece la sierra contra aquel que la mueve? (Isaías 10, 15). Luego, no les des lugar ni te deleites con ellos, y verás cómo desaparecen”.
Agregó el anciano Pimeno: “Si no hubiera venido Nabuzaradán, no se habría quemado la iglesia del Señor”. Es decir, si la molicie que trae la saciedad del vientre no hubiera alcanzado el alma, la mente no habría caído ante los ataques del maligno”.
(Traducido de: Patericul, ediția a IV-a, revizuită, Editura Reîntregirea, Alba-Iulia, 2004, p. 181)