Palabras de espiritualidad

¡Cuidado con las cosas que hablamos!

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Si sientes el impulso de decir algo malo, detente, porque nosotros mismos nos atamos ante Dios con nuestra propia lengua.

El hombre que sabe refrenar su lengua, se hace de una gran paz espiritual. Nuestra lengua fue creada por Dios para que pronunciara únicamente cosas buenas y necesarias, y para glorificarlo a Él. Dios no nos creó para que fuéramos mudos. Si alguien te pregunta algo, o te pide alguna cosa o algín consejo, o si tu esposa o tus hijos te hablan… “Tenemos que levantar una cerca”, “Acompáñame a comprar lo que necesitamos para la casa”, etc., les hablas, les respondes, porque son cosas necesarias. Pero si sientes el impulso de decir algo malo, detente, porque nosotros mismos nos atamos ante Dios con nuestra propia lengua. Y, aunque nos parezca una broma, si no nos hemos confesado, o si nos hemos confesado, pero después no hemos cumplido con el canon impuesto por nuestro padre espiritual, recibiremos el castigo merecido por ello, en la eternidad.

(Traducido de: Ne vorbește părintele Cleopa – vol 14, Editura Mănăstirea Sihăstria, p. 79)