Así pues, si quieres vencer y alejar con facilidad las legiones de enemigos, por medio de la oración y con la ayuda de Dios, ensimismándote y adentrándote en tu corazón, busca las huellas de estos tres gigantes del maligno: el olvido, la dejadez y el desconocimiento, que son el germen de todo espíritu inmundo, por medio de los cuales todas las demás pasiones se fortalecen, obran y perviven en los corazones de quienes aman los placeres, y en las almas de los infames.

Y así, haciendo uso de toda tu lucidez, controlando tu mente y con la ayuda que viene de lo alto, conocerás los males que otros ignoran y que ni siquiera saben que existen, pero que son peores que los demás, pero que, con las armas de la virtud, que es la causa de todo bien y de la conciencia más perspicaz, el alma, velando, aparta de sí toda la oscuridad de la ignorancia. De este modo, haciendo uso de la determinación, que prepara y llena de perseverancia el alma en pos de la salvación, con la fuerza del Espíritu Santo, con toda oración y petición, con valentía y denuedo, lograrás vencer a los tres gigantes del demonio.

(Traducido de: Sfântul Marcu Pusnicul, Scrieri, Editura Egumenița, pp. 166-167)