Palabras de espiritualidad

Dar con discernimiento

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Si te dejas llevar por el deseo de dar a los demás incluso lo que no tienes, más tarde te arrepentirás, cuando veas que a tus hijos les falta hasta lo más indispensable. Y entonces empezarás a agitarte en el fuego de la turbación y la desesperanza.

«Debido a que vives en el mundo y tienes familia, no creo que puedas compartir todos tus bienes con los pobres. Así pues, tienes que encontrar la “proporción áurea” y perseverar en seguirla: no les des la espalda a tus semejantes, pero tampoco les ofrezcas todo lo que tienes. 

Tu deber es asegurarles a tus hijos, con el mayor esmero posible, aquello que realmente necesitan. Si tienes de más, compártelo con los más necesitados. 

Tu deseo de ayudar a esas personas que se quedaron sin techo porque su casa se les quemó, es realmente algo bueno. Eso sí, no tienes que sobrepasar los límites de lo racional. Y, aunque tu ayuda para con ellos sea racional, cuando presentes tu ofrenda, hazlo con un profundo sentimiento de piedad cristiana. Pero, insisto, en todo esto tiene que dominar el equilibrio, la razón.

Porque, aunque les dieras todo lo que tienes, no sería suficiente para ayudarlos como verdaderamente lo necesitan. Por otra parte, tienes el deber ante tu familia de luchar para que puedan vivir sin estrecheces, claro está, sin lujos. Cuídate de los peligros de la generosidad desmedida y el desperdicio: “Pues si hay prontitud de voluntad es bien acogida con lo que se tenga, y no importa si nada se tiene. No que paséis apuros para que otros tengan abundancia, sino con igualdad.” (II Corintios 8, 12-13). Además, si te dejas llevar por el deseo de dar a los demás incluso lo que no tienes, más tarde te arrepentirás, cuando veas que a tus hijos les falta hasta lo más indispensable. Y entonces empezarás a agitarte en el fuego de la turbación y la desesperanza.

¿Entiendes ahora por qué, incluso en la práctica de las virtudes, es necesario el discernimiento? ¿Me creerías si te digo que detrás del impulso de una caridad realizada sin discernimiento muchas veces se oculta un fuerte egoísmo? Entonces, humíllate, y encontrarás la paz interior».

(Traducido de: Sfântul Macarie de la Optina, Poveţe duhovniceşti, Editura Egumeniţa, p. 82)