Dar todo, hasta lo que nos falta
No das de lo que te sobra o de lo poco que tienes, sino de lo que te falta. Dando a otros lo que no tienes —fe, luz, confianza, esperanza—, también tú lo recibes.
Esto es justamente lo que nos pide Cristo, lo imposible. Dar lo que no tenemos. Pero veamos qué dice Michaux: un candidato a la vida monástica se presenta ante el stárets del monasterio donde desea ser recibido. Con la mirada baja, reconoce:
—Debe saber, padre, que no tengo ni fe, ni luz, ni valor, ni confianza en mí mismo, y si no me puedo ayudar ni a mí mismo, mucho menos a los demás. No tengo nada.
Lo normal hubiera sido que lo rechazaran. Pero no fue así. El stárets le respondió:
—¡Eso no tiene nada que ver! No tienes fe, ni luz. Dándoselas a otros, las obtendrás también tú. Buscándoles para otros, las obtendrás para ti también. Tu deber es ayudar, incluso con lo que no tienes, a tu hermano, a tu semejante. ¡Adelante! Tu celda queda en la tercera puerta que hay en este pasillo, a la derecha.
No das de lo que te sobra o de lo poco que tienes, sino de lo que te falta. Dando a otros lo que no tienes —fe, luz, confianza, esperanza—, también tú lo recibes.
(Traducido de: Nicolae Steinhardt, Dăruind vei dobândi, Editura Mănăstirii Rohia, 2006, pp. 197-198)