De cómo actuar con aquellos que no creen en Dios
Es importante orar por los incrédulos y sentir dolor por cada uno de ellos; debemos anhelar que conozcan la verdad y, si hablan en contra de nuestra fe, lo mejor es responderles con amor, pero también con decisión. Nada más.
¿Cómo comportarnos con aquellos que no creen en el Señor? Del mismo modo en que nuestro Señor se comportó con aquel pueblo que no quiso recibirle. El celo juvenil, tan impetuoso, habría querido que lloviera fuego desde el cielo sobre ellos. Sin embargo, viene el Señor y lo aplaca, diciendo: “No sabéis hijos de qué espíritu sois…”. Nuestro Señor, en Quien está contenida la salvación, no les hizo nada a quienes no lo recibieron; así, pasando a su lado, los dejó a su propia voluntad. Esto es lo que debemos hacer: dejar que los incrédulos sigan su camino, al igual que nosotros, los fieles. Dios pondrá todo en su lugar en el momento propicio.
Es importante orar por los incrédulos y sentir dolor por cada uno de ellos; debemos anhelar que conozcan la verdad y, si hablan en contra de nuestra fe, lo mejor es responderles con amor, pero también con decisión. Nada más.
(Traducido de. Sfântul Teofan Zăvorâtul, Tâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, Editura Sophia, București, p. 197)