De cómo Dios viene con clemencia al alma que lucha por sanar
¿Caíste y te levantaste, tomaste nuevamente tus armas y seguiste luchando contra el enemigo? ¡No pierdas la esperanza! ¡Dios está contigo!
El principio de la sanación y liberación del alma de cualquier debilidad espiritual es el Sacramento de la Confesión. El proceso de sanación continúa, después de la Confesión, con una decidida lucha espiritual. ¿Cuándo se termina este proceso? Cuando dicha pasión se vuelve repugnante para la persona y deja de atraerle.
Mientras el proceso de sanación se halla en desarrollo, la gracia y la misericordia de Dios cubren al alma del cristiano que lucha, a pesar de las heridas que el maligno le vaya causando. El hombre, entonces, cae y se vuelve a levantar. Solamente cuando cae y no se levanta, cuando prefiere yacer en el pecado, la misericordia divina se detiene.
Luego, ¿caíste y te levantaste, tomaste nuevamente tus armas y seguiste luchando contra el enemigo? ¡No pierdas la esperanza! ¡Dios está contigo!
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Călăuzire către viața duhovnicească, p. 93)