De cómo la Santísima Virgen María intercede por nosotros
Nosotros le pedimos a la Madre del Señor que nos salve, y Ella, a su vez, se lo pide a su Hijo, Quien sí tiene ese poder.
Padre, alguien me preguntó: «Ya que nuestra salvación está en manos de Dios, ¿por qué nos dirigimos así a la Virgen: “Santísima Madre de Dios, ¡sálvanos!”, cuando la invocamos en nuestras oraciones?».
—Supongamos que una mujer es vecina de la madre de un ministro, y va y le pide que le ayude a encontrar un empleo para su hijo. La vecina se muestra benevolente, pero no será ella quien eneuentre un trabajo para el muchacho, sino que se lo pedirá a su hijo, el cual, como ministro, tiene todas las posibilidades de atender la petición de su propia madre. De esa misma forma es que nosotros le pedimos a la Madre del Señor que nos salve, y Ella, a su vez, se lo pide a su Hijo, Quien sí tiene ese poder. Y Él atiende lo que le pide Su Madre, porque la ama infinitamente.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești, Vol. VI Despre rugăciune, Editura Evanghelismos, București, 2013, p. 82)