De cómo los Santos Padres nos llaman a simplificar nuestra vida
Ese es el problema más grande que todos tenemos: nos complicamos mucho la vida, necesitamos demasiadas cosas, nos gusta el lujo y priorizamos siempre aquello que no tiene relación con lo espiritual.
Hace unos treinta años, a nuestro monasterio fue enviado un sacerdote sometido a un proceso disciplinario. Por un tiempo se quedó en mi celda, porque estábamos en pleno invierno y yo tenía una cama adicional. Recuerdo que era muy servicial y me ayudaba mucho, pero, cuando yo le decía, por ejemplo, “Padre, mire, en el Paterikón dice esto y lo otro”, él me respondía: “Déjeme en paz con esas cosas, padre, porque el Paterikón es sólo para los monjes”. Eso no es totalmente cierto, porque, si bien en el Paterikón hay aspectos que ciertamente son sólo para quienes han elegido el camino de la vida monástica, también hay un sinfín de cosas más que perfectamente pueden aplicarse a todos los niveles de la vida religiosa.
El Paterikón está completamente orientado a la simplificación de nuestra vida. Y ese es el problema más grande que todos tenemos: nos complicamos mucho la vida, necesitamos demasiadas cosas, nos gusta el lujo y priorizamos siempre aquello que no tiene relación con lo espiritual. No digo que todo eso sea malo, pero si malgastas el tiempo que tendrías que dedicarle a Dios, en vez de cumplir con tus responsabilidades, es que algo no está bien contigo.
(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Veniți de luați bucurie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2001, pp. 93-94)