De cómo pedir la ayuda de Dios para que la paz vuelva a nuestra alma
Sin el auxilio de Dios no seríamos capaces de hacer nada, ni siquiera luchar contra las moscas… ¡mucho menos contra enemigos que no podemos ver!
Te lamentas porque no hay paz en tu alma y porque tus pensamientos se dispersan en mil sitios. En este caso, no tienes permitido debilitarte, sino que debes calentar tu alma con la lectura de los escritos de los Santos Padres, acordándote de la eternidad con tus oraciones, incluso si tus plegarias no son tan extensas como quisieras. Dile a Dios: “¡Ayúdame a concentrar mi mente, tan dispersa en estos momentos, oh Señor! ¡Haz que mi malvado corazón se haga humilde con el temor a Ti, y ten piedad de mí!”. Sin el auxilio de Dios no seríamos capaces de hacer nada, ni siquiera luchar contra las moscas… ¡mucho menos contra enemigos que no podemos ver!
(Traducido de: Filocalia de la Optina, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 50)