Palabras de espiritualidad

De cómo podemos engañarnos con nuestras conjeturas

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Si realmente queremos alcanzar la salvación, debemos amar la verdad con todas nuestras fuerzas y con todo nuestro ser, cuidándonos siempre de mentir, para no apartarnos de la verdad y, en consecuencia, de la vida.

Si realmente queremos alcanzar la salvación, debemos amar la verdad con todas nuestras fuerzas y con todo nuestro ser, cuidándonos siempre de mentir, para no apartarnos de la verdad y, en consecuencia, de la vida. Tres son las formas de la mentira: hay uno que miente con su pensamiento, otro con sus palabras, y otro con toda su vida. El que miente con su pensamiento siempre está sospechando de los demás. Si ve a su hermano hablando con otro, desconfía y dice: “Seguramente están hablando de mí”. Y si ve que dejan de hablar, cree que es para que no escuche lo que estaban diciendo de él. Si alguien le da un consejo, cree que es para llenarlo de tristeza. Resumiendo: para él todo son sospechas sobre los demás, convencido de que todo lo que dicen y hacen es por él. Así es como miente con su pensamiento. Porque no solo no piensa la verdad, sino que todo en él es sospecha. Y así es como aparecen las figuraciones, las murmuraciones, la enemistad y la difamación.

Si alguna vez sus sospechas coinciden con la realidad, inmediatamente se autojustifica: “Por eso es que pienso todas esas cosas, para que, conociendo la falta por la cual soy difamado, pueda enmendarme”.  Pero todo esto tiene su origen en el ardid del maligno, porque su raíz es la mentira. Y es que, ignorando la verdad, ha supuesto eso que desconocía. ¿Cómo podría dar buenos frutos uno que es malo? Entonces, si en verdad quiere enmendarse, cuando su hermano le diga: “No hagas esto o aquello” o “¿Por qué hiciste eso?”, que no se perturbe, sino que se postre ante él y le agradezca, porque solo así podrá corregirse. Viendo esto Dios, no permitirá que vuelva a caer en el engaño, sino que siempre le enviará alguien que le ayude a enderezar su camino. Pero, decir que para enmendarse hay que creer en todas esas sospechas, es aceptar una justificación que viene del astuto, quien todo el tiempo busca la forma de engañarnos. (…) En esto consiste la mentira con la mente. 

(Traducido de: Avva DoroteiFilocalia, volumul I, ediția a II-a, Editura Harisma, București, 1992, p.189)