Palabras de espiritualidad

De cómo tenemos que enfrentar las pruebas de esta vida

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

“Dichoso el hombre que acepte la prueba, porque, oponiéndose a la tentación con valentía, se hará merecedor de la corona de la vida”.

Los sufrimientos de nuestra vida entera no son dignos de ser comparados con las inefables bondades que Dios ha preparado para las almas que cargan con su cruz, sea que las tentaciones que enfrenten provengan del demonio, de otras personas, o de su propia naturaleza. Y es que cada pasión o cada defecto nos pone a prueba, y, cuando luchamos en su contra, nos hacemos merecedores de la bendición de Dios: “Dichoso el hombre que acepte la prueba, porque, oponiéndose a la tentación con valentía, se hará merecedor de la corona de la vida”.

Por esta razón, hijo mío, acepta todo con paciencia, porque sobre la cabeza de cada uno de nosotros se teje una corona invisible. El invierno es duro, pero el paraíso es suave. Acepta el frío de las pruebas, para que tus pies puedan bailar de alegría en los Cielos.

Hay muchas cosas que nos hacen diferentes, hijo mío, pero dichoso del hombre que sepa atravesar las dolorosas pruebas de la vida con paciencia y serenidad. Sí, lo que nos corresponde es agradecerle al Señor, Quien con dichos momentos de dolor prepara nuestra alma inmortal para que podamos recibir las bendiciones eternas del Reino de los Cielos.

 (Traducido de: Comori duhovniceşti din Sfântul Munte Athos – Culese din scrisorile şi omiliile Avvei Efrem, Editura Bunavestire, 2001, pp. 21-22)