De cómo viene a nosotros la Gracia de Dios
Dios no rompe la puerta para entrar. ¿Qué dice el Apocalipsis? “Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye Mi voz y me abre, entraré en su casa, cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3, 20).
Los cristianos recibimos la Gracia de Dios con el Bautismo y la conservamos en nosotros por medio de los sacramentos y la práctica de las virtudes, verbigracia el ayuno, la oración, la confesión, la comunión, la lectura de libros santos, las vigilias, la caridad, la humildad, la procreación y crianza de nuestros hijos en el temor de Dios, etc. La Gracia viene, pero no tira abajo la puerta. Dios no rompe la puerta para entrar. ¿Qué dice el Apocalipsis? “Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye Mi voz y me abre, entraré en su casa, cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3, 20).
Solo así viene la Gracia, cuando le abrimos la puerta del corazón. Ella llama a la puerta, pero si somos duros y no nos forzamos a cumplir con la voluntad del Señor, la Gracia no vendrá por imposición. Porque Dios le dio al hombre un libre albedrío para que reciba o no a la Gracia. ¡La Gracia no viene a la fuerza!
(Traducido de: Arhimandritul Cleopa Ilie, Îndrumări duhovnicești pentru vremelnicie și veșnicie, Editura Teognost, Cluj- Napoca, 2004, p. 176)