¿De dónde vienen mis remordimientos?
Si los reproches de tu conciencia te perturban, si empequeñecen tu alma, si te vuelven desconfiado, perezoso y vacilante en el bien, puedes estar convencido de que vienen del demonio.
Para que puedas mantener siempre la paz interior, tienes que cuidar tu corazón de ciertas amonestaciones y de las censuras internas de la conciencia que, algunas veces, aunque parecieran venir de Dios, proceden del mismísimo demonio, porque te acusan por algún error.
A partir de los frutos de esos reproches conocerás su origen.
Porque si te hacen humilde y perseverante en las virtudes. y no te arrebatan la confianza y la esperanza en Dios, recíbelos como de parte de Él Mismo. Pero si te perturban, si empequeñecen tu alma, si te vuelven desconfiado, perezoso y vacilante en el bien, puedes estar convencido de que vienen del demonio. No los escuches; mejor sigue tu camino y continúa con tu esfuerzo.
(Traducido de: Nicodim Aghioritul, Războiul nevăzut, Editura Egumenița, Galați, p. 102)