Palabras de espiritualidad

De la gravedad de las blasfemias

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

“Pecan mucho más quienes difaman a Cristo ahora que reina en los Cielos, que aquellos que lo crucificaron cuando vino al mundo”.

El blasfemo se erige en verdadero enemigo del Señor, porque si en su arranque de ira tuviera enfrente a Dios o al santo al que está insultando, sin duda también los mataría, conducido por el espíritu que enciende esa pasión en su corazón, es decir, el demonio. Por eso es que Agustín dice: “pecan mucho más quienes difaman a Cristo ahora que reina en los Cielos, que aquellos que lo crucificaron cuando vino al mundo”. Estamos hablando de una ignominia tan grande, de algo tan desagradable para Dios, que no solamente después de morir castiga al blasfemo, enviándolo a los tormentos eternos, sino que también en esta vida lo corrige con dureza.

Si te defiendes argumentando que lo difícil de las circunstancias y la naturaleza de tu aflicción te incitan a proferir blasfemias, ¡despiértate!, porque nada resuelves con tu ira, sino que más bien multiplicas tus pesares con tu impaciencia.

(Traducido de: Agapie Criteanu, Mântuirea păcătoșilor, p. 23)