Primero el hombre se salva físicamente. Pero como esto también se manifiesta a nivel espiritual, se salva también espiritualmente. De esta manera se le abre el camino a la vida espiritual. Puede que no tenga problemas psicológicos, que sea simplemente egoísta y esté lleno de otros pecados. Aunque se halle bien, desde un punto de vista psicológico, se halla desprotegido espiritualmente. El otro tiene problemas psicológicos, pero si tiene confianza, puede matar dos pájaros de un tiro. Se estará salvando tanto espiritual como psicológicamente.

Si encuentras el camino hacia Dios, la melancolía se transformará en contrición. Talvez tengas un sentimiento terrible de inferioridad, y desconoces de dónde viene y cuáles son sus alcances. Pero ese sentimiento puede transformarse en uno de humildad. Un asceta se puede esforzar años enteros para alcanzar la humildad. Mas quien tiene el sentimiento de inferioridad y lo entiende, agacha la cabeza y su sentimiento de inferioridad se transforma en humildad. Al contrario, el que tiene sentimiento de superioridad no se salva fácilmente. El que tiene el sentimiento de inferioridad, tiene la humildad servida en bandeja de plata. Lo que queda es que la acepte y la trabaje. 

(Traducido de: Arhimandrit Simeon Kraiopoulos, Sufletul meu, temnița mea, traducere de Cristian Spătărelu, Editura Bizantină, București, 2009, p. 116)